La vida detrás de "la artista de la plaza"
- María Candela Orrego
- 16 oct 2018
- 4 Min. de lectura
Josefina Vieras no es una artista más de la feria que está todos los fines de semana en Plaza Francia, pleno barrio de Recoleta. Josefina Vieras es una soñadora, una emprendedora, una mujer que trabaja para cumplir su sueño sin importar si ello la lleva a estar lejos de su familia, no tiene miedo, es una luchadora. Josefina Vieras pinta mujeres en general, “Me gusta ilustrar el poder femenino”, asegura.
Josefina Vieras nació en Caracas, Venezuela hace 24 años, pero cuando tenía 20 decidió emprender una aventura y dejar su ciudad natal, a su familia y amigos para encontrarse y descubrirse en la multifacética ciudad de Buenos Aires. “En el momento no tuve miedo, fue como una aventura como que todo ese miedo se “condensó” y ahora estoy un poco más insegura. Me parece que es como que todo eso lo fui bloqueando hasta ahora”, cuenta un poco tímida. Es domingo. Faltan 10 minutos para las siete de la tarde y Josefina ayuda a su vecino de al lado en la feria en Plaza Francia a guardar un par de cosas. “Jose es re compinche, ella siempre está para ayudar, aunque llegue un poco tarde a todos lados es una artista comprometida con su trabajo y creo que podría decir la más joven de la feria.”, cuenta Pablo, el vecino de stand. Recuerda que Josefina apareció por primera vez en la feria hace un par de semanas porque uno de los chicos que está fijo se ausentaba y por ello le dieron el lugar a ella como invitada. La venezolana estaba ya inscrita para exponer hacía poco tiempo, una tarde que estaba paseando con su novio, Santiago Pardo Bonilla, le gustó el lugar y preguntó como inscribirse y llegó el llamado.
En su tiempo libre, a parte de pasear como turistas con su novio emprendedor, disfruta de la lectura de una buena novela histórica “de esas que cuentan historias entre ficción y realidad, de druidas/celtas sobre todo”. Y sino, nunca esta de más revivir la película “Suburban Girl” porque “no es nada trascendental pero la forma en que se cuenta toda la historia es algo que me atrapó desde la primera vez que la enganche en la tele.”, comenta la pintora. Pero tratándose de música no puede elegir, le gusta de todo en particular rock español, bandas tipo Hombre G o Mecano. También, se divierte yendo a escuchar bandas en vivo en “El Emergente”, una especie de bar y salón donde a veces si se le da la oportunidad expone sus obras.
Para ella dejar atrás no es olvidar, todos los días está en contacto con sus papas y hermanos que le dan aliento para seguir adelante con sus proyectos artísticos y es que ya desde su padre viene esta pasión por la pintura. Sus tíos paternos también pintan. Asimismo, su mamá la apoya muchísimo. “La anécdota que más me gusta recordar es de cuando era muy chica. No tendría más de 9 años. Estaba con mamá jugando a dibujar en una pizarra de las de tiza y dibujó una princesa tan linda que pensé "quiero dibujar como lo hace ella". Y nada, encontré mi camino y mi pasión tratando de imitar ese dibujo que me quedo grabado en la memoria.”, recuerda con una sonrisa la artista. Pintar desde entonces, es su pasión, si bien fue aprendiendo poco a poco porque es autodidacta, hizo algún que otro curso para dominar determinadas técnicas y también mira videos en Internet; en el entretiempo trabajó en Mango 2 años, sacó el título en Publicidad y mercadeo y también trabajo como moza en el restaurante Bar “Juancho”, en Caracas.
Josefina, de rizos colorados pero amenazados por una colita que los aprieta, nariz pecosa con un piercing mira con cariño su stand y cuenta que pinta mujeres (en su mayoría) porque le gusta transmitir a través de las caras de las mujeres, la fuerza, lo que se pueda sentir mirando simplemente a una mujer. Cuando le hablan de su futuro se emociona y abre sus grandes ojos color café y sus pestañas rizadas.
- Me encantaría estar consagrada como un artista -abre los brazos en forma de cruz y levanta la mirada al cielo- es la forma que tengo de expresarme, de mostrarle al mundo quién soy.
Le gusta vivir en Buenos Aires porque allí conoció a sus dos grandes amores: Carlos Alonso y Santiago Pardo Bonilla. El primero es un artista mendocino que expone actualmente en la Colección de Arte del Amalia Lacroze de Fortabat. Sus obras son de arte figurativo “es una locura, es muy impresionante”, lo define Josefina. El segundo, su novio hace ya 3 años. Santiago, emprendedor vía Instragram, dice que su novia es muy de estar en casa, es “súper tranquila”, les gusta compartir no solo nuevas aventuras en el plano laboral sino que también jugar video juegos.
Como diseñadora e ilustradora freelance dice que tuvo la oportunidad de conocer a las personas con gustos más extravagantes e interesantes. “Mis objetivos avanzaron y se renovaron conforme yo avance como profesional.”, cuenta Josefina. Es por ello, que en su tiempo libre últimamente está practicando meditación y Tai Chi, tratando de encontrar por decirlo de alguna forma su “camino espiritual”. Pero por sobre todo esta buscando inspiración para ilustraciones o pinturas.
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